Soledad, ovacionada, cerró la Fiesta Nacional del Chivo
Soledad fue la artista que más gente convocó en la edición número 25 de la Fiesta Nacional de Chivo, que culminó en la madrugada de ayer en Malargüe, cuando más de 10.000 almas la aplaudieron hasta el cansancio y no dejaron de pedirle otra.
Tras la actuación de la santafesina, Antonio Tarragó Ros y La Konga entregaron sus ritmos bailables al público que lentamente se fue alejando.
Las Bodas de Plata de esta celebración del Sur provincial, que anualmente abre el calendario de fiestas populares de Mendoza, tuvo favorables comentarios de la concurrencia al haber dejado de hacerse en un espacio cubierto, como era el polideportivo municipal, para pasar a un predio ubicado al frente de éste, donde se montó un gigantesco escenario y se ubicaron 3.500 sillas, que la mayoría de las noches fueron ocupadas en su totalidad.
Las condiciones meteorológicas jugaron a favor de la organización porque, si bien luego de las 2 comenzaba a refrescar, con un abrigo liviano se podía seguir disfrutando de los números que se sucedieron a lo largo de siete días.
El momento de mayor tensión se vivió cuando el sacerdote Jorge Gómez, de la parroquia Nuestra Señora del Rosario, irrumpió en el escenario al sentirse discriminado por el Vocal Lutherieces, que interpretaba la obra adaptada de Les Luthiers Educación sexual moderna, que tanta repercusión tuvo en los medios durante los últimos días. Unas 9.000 almas que esperaban por la presentación de El Chaqueño Palavecino fueron testigos de ese acto.
La jornada del viernes, dedicada al folclore cuyano, a la que se le agregaron las actuaciones de Los Carabajal y de Víctor Heredia, quedó marcada como la de menor afluencia de personas: menos de 400 terminaron acompañando al artista que se identifica plenamente con los lineamientos económicos y en materia de derechos humanos del Gobierno nacional.
La Fiesta Nacional de Chivo había arrancado el 9, cuando se asaron a las llamas 850 chivitos, actividad que contó con una masiva presencia de espectadores. Durante la tarde de ese día y los dos siguientes, se realizaron destrezas criollas, mientras que en las noches numerosos artistas locales entregaron sus canciones en el marco de “Identidad puestera”, un homenaje a los pobladores de la zona rural del departamento.
La del miércoles fue la noche de los jóvenes, en la que las bandas de rock fueron protagonistas excluyentes, con un cierre a todo ritmo de la Mancha de Rolando.
Paralelamente, se realizaron exposiciones ovinas y caprinas, además del tradicional concurso de canto y danza al que adhirieron más de 700 participantes.
Si bien la organización cosechó apoyo por el cambio de escenario y la jerarquía de varios de los espectáculos, las críticas se centraron en el horario de las presentaciones de los números centrales de cada noche, ya que, salvo Soledad, que no permitió que la hicieran subir después de las 1.30, el resto los números centrales lo hicieron cerca de las 3.
A los medios de comunicación se les asignó un improvisado espacio, realizado con precarios materiales, de sólo cuatro boxes para que transmitieran algunas radios, mientras que el resto lo tuvo que hacer al aire libre, donde había destinadas sólo 12 sillas para más de 30 medios acreditados.
Los sanitarios, compuestos por baños químicos, no fueron los suficientes y, especialmente las mujeres, debieron esperar varios minutos para hacer uso de ellos.
Fuente: Diario Uno
Tras la actuación de la santafesina, Antonio Tarragó Ros y La Konga entregaron sus ritmos bailables al público que lentamente se fue alejando.
Las Bodas de Plata de esta celebración del Sur provincial, que anualmente abre el calendario de fiestas populares de Mendoza, tuvo favorables comentarios de la concurrencia al haber dejado de hacerse en un espacio cubierto, como era el polideportivo municipal, para pasar a un predio ubicado al frente de éste, donde se montó un gigantesco escenario y se ubicaron 3.500 sillas, que la mayoría de las noches fueron ocupadas en su totalidad.
Las condiciones meteorológicas jugaron a favor de la organización porque, si bien luego de las 2 comenzaba a refrescar, con un abrigo liviano se podía seguir disfrutando de los números que se sucedieron a lo largo de siete días.
El momento de mayor tensión se vivió cuando el sacerdote Jorge Gómez, de la parroquia Nuestra Señora del Rosario, irrumpió en el escenario al sentirse discriminado por el Vocal Lutherieces, que interpretaba la obra adaptada de Les Luthiers Educación sexual moderna, que tanta repercusión tuvo en los medios durante los últimos días. Unas 9.000 almas que esperaban por la presentación de El Chaqueño Palavecino fueron testigos de ese acto.
La jornada del viernes, dedicada al folclore cuyano, a la que se le agregaron las actuaciones de Los Carabajal y de Víctor Heredia, quedó marcada como la de menor afluencia de personas: menos de 400 terminaron acompañando al artista que se identifica plenamente con los lineamientos económicos y en materia de derechos humanos del Gobierno nacional.
La Fiesta Nacional de Chivo había arrancado el 9, cuando se asaron a las llamas 850 chivitos, actividad que contó con una masiva presencia de espectadores. Durante la tarde de ese día y los dos siguientes, se realizaron destrezas criollas, mientras que en las noches numerosos artistas locales entregaron sus canciones en el marco de “Identidad puestera”, un homenaje a los pobladores de la zona rural del departamento.
La del miércoles fue la noche de los jóvenes, en la que las bandas de rock fueron protagonistas excluyentes, con un cierre a todo ritmo de la Mancha de Rolando.
Paralelamente, se realizaron exposiciones ovinas y caprinas, además del tradicional concurso de canto y danza al que adhirieron más de 700 participantes.
Si bien la organización cosechó apoyo por el cambio de escenario y la jerarquía de varios de los espectáculos, las críticas se centraron en el horario de las presentaciones de los números centrales de cada noche, ya que, salvo Soledad, que no permitió que la hicieran subir después de las 1.30, el resto los números centrales lo hicieron cerca de las 3.
A los medios de comunicación se les asignó un improvisado espacio, realizado con precarios materiales, de sólo cuatro boxes para que transmitieran algunas radios, mientras que el resto lo tuvo que hacer al aire libre, donde había destinadas sólo 12 sillas para más de 30 medios acreditados.
Los sanitarios, compuestos por baños químicos, no fueron los suficientes y, especialmente las mujeres, debieron esperar varios minutos para hacer uso de ellos.
Fuente: Diario Uno
