El festival Rivadavia Canta al País cerró con récord de público




Aunque los intendentes prometan en cada edición que los festivales de sus pueblos no tienen color político alguno y son de la gente, tarde o temprano, alguna jornada utilizan para hacer campaña. Y, lógicamente, este año electoral no podía ser la excepción. Rivadavia Canta al País prestó su noche de cierre para mostrar al radicalismo unido, lanzando la figura de Roberto Iglesias como un candidato más para buscar suceder el gobierno de Celso Jaque. Y al Mula se le adelantó su ¿ex? rival político, el vicepresidente Julio Cobos, quien había asistido una semana atrás para ver a Piñón Fijo en el festival del Este.

Pero, mal que les pese, muchas de las 20 mil almas presentes el domingo en el predio hicieron caso omiso a la presencia política, y pese a que todos ellos -Sergio Pintos, Mariana Juri, Mario Abed, Juan Carlos Jaliff y Eduardo Giner, entre otros- recorrieron el predio del Complejo Deportivo Municipal, poca gente se acercó a estrecharles la mano.

En cambio, las estrellas de la cálida noche fueron los tres artistas que visitaron Rivadavia para coronar la edición de plata del tradicional encuentro: Abel Pintos, Leandro Lovato y Soledad Pastorutti.

A 25 años de su creación, Rivadavia Canta al País brilló esta vez gracias a la previa que suma días y protagonismo con figuras masivas alejadas del folclore, y a la contratación de las más relevantes de la música popular argentina, como el Chaqueño Palavecino, Luciano Pereyra, el regreso triunfal de Palito Ortega o el broche de oro con la Sole.

Banderas argentinas flameando, familias con bebés a upa y grupos de jovencitos abrazados, todos juntos disfrutaron de esta 25 edición que no arrojó noticias policiales, lo que demuestra que el encuentro fue una verdadera fiesta popular.

Rivadavia... también sirvió para medir la temperatura actual de los músicos más reconocidos del género. A esto, el Chaqueño sigue midiendo alto al ser el nombre más convocante y por ende el que mejor cotiza. Abel Pintos, con su porte de chico de barrio que bien podría liderar una bandita de rock, se perfila como el nuevo galán de la camada folclórica del siglo XXI, que no se deja conquistar sólo por la facha y apuesta a un sonido auténtico para diferenciarse del resto, como puede ser Luciano Pereyra.

El huracán de Arequito creció. Y su público con ella. Más relajada que nunca, pisando el escenario como un viñatero su viña, la Sole enalteció con su repertorio himnos folclóricos en una juerga donde no faltaron las quejas por la hora en que cantó (las 3 de la madrugada), dedicatorias a sus fans y -como es característico en ella- un desarrollo vocal envidiable para beneplácito de la exitada platea.

Para revolear el poncho (o, más bien, remeras y buzos) estuvo Leandro Lovato. Sí, Lele, ese pibe de ojos claros nacido hace 33 años en Granadero Baigorria (Santa Fe) hace estragos con su violín. En el Este hasta rompió cuerdas y agitó con folclore de pura cepa a los presentes.

Así se despidió Rivadavia Canta al País. Y para los dos millares de trabajadores en este festival será un desafío superar esta edición de plata. Más aún, esperemos que el sucesor a la intendencia de Gerardo del Río, del color político que sea (o quizás el propio del Río) mantenga la misma ambición de llevar el nombre de su pueblo a lo largo y ancho del país, elevándolo gracias a la consolidación de un festival popular visitado ya tanto por su gente como por el resto de los turistas argentinos.

Fuente:DiarioUno

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