Notas de Verano



Soledad: "Me gustaría que mi hijo fuera cantante"

La cantante habla de su embarazo de cuatro meses Y cuenta también que quiere proyectar su carrera hacia el exterior. Antes del cierre del domingo junto con el Chaqueño Palavecino y Los Nocheros, dice que revive en cada Cosquín

Soledad Pastorutti no para ni embarazada de cuatro meses. Cantó en la inauguración de Cosquín, durmió tres horas y a la mañana siguiente estaba cantando de nuevo, en el escenario de uno de los balnearios. El mismo día se fue a Buenos Aires para viajar a Chile: actuó en Olmué, pasó por Buenos Aires, fue a un casamiento en Arequito, y siguió. Hoy canta en la ciudad de Mendoza, mañana en Santa Fe, y vuelve a Cosquín para el gran cierre del festival, el domingo, con Los Nocheros y El Chaqueño Palavecino. Y después sigue y sigue. "El verano es siempre así para los artistas que vamos a festivales: tenemos cantidad de shows y nunca se da que sean cerca unos de otros. Pero mi ya cuerpo está acostumbrado a esto. Ahora me cuido un poco más: no paso comidas por alto. Y me mimé un poquito y vine acá para estar más tranquila".

Acá es una posada en las afueras de Villa Carlos Paz, con pileta, spa y esas cuestiones.



¿Este es el último verano así?

Dicen que un hijo te cambia la vida, pero todavía no sé cómo va a ser. Sí soy consciente de mi felicidad y de lo que ha generado la noticia en la gente. Realmente viene con un pan debajo del brazo. Con el público es como si fuésemos una pareja: hay discusiones, mesetas, romance. Este verano me sorprendió: cuando estuve en el festival de Jesús María, suspendieron la doma porque tuvieron que vender entradas para el campo, y esto de Cosquín fue maravilloso. Mi vida siempre ha sido muy pública, y esta etapa también va a ser así. Como me dice el médico, el embarazo no es una enfermedad, así que mientras me sienta bien voy a seguir. Yo vivo de esto: lo que pido cuando me voy a dormir es que haya trabajo.

Tus fans se lo toman como si fueran a tener un sobrino.

Sí, totalmente. Me regalaron tantas cosas ... Yo pido que no me regalen, porque ya no sé dónde ponerlas. Aparte, no sé qué sexo va a tener y tampoco quiero saberlo. Soy muy tranquila: no le compré ni preparé nada. Mi hermana me dice "¿cómo puede ser que no le compramos ni la cuna?" Después de los festivales del verano voy a tener como tres meses para dedicarme a eso, porque va a nacer a mediados de junio, cerca del cumpleaños de Jairo o el de mi mamá.

Mirá si te sale un Jairito ...

Me gustaría que mi hijo fuera cantante, que fuera desinhibido y me pudiera acompañar, pero no quiero forzar la situación. Ya veo que me sale re tímido y no quiere saber nada con la gente ... Ahí voy a entender todo lo que mi viejo luchó conmigo. Peleábamos bastante.

¿Cómo fue? ¿El te empujaba y vos no querías?

Siempre me gustó, pero viste cómo son los chicos ... Uno se hace rogar. Me decía "dale, recitate esto, cantate esto". Hoy a él le debo lo que soy.

Con tantos años expuesta, ¿no pensás que es hora de proteger la intimidad?

Viví mucha exposición en el '97, '98. Ahora lo manejo. No comulgo con cierto tipo de notas, como mostrar la casa. No hay necesidad de los momentos de ocio o intimidad. El que lee la revista dice "mirá qué bien que la pasan estos", y esa no es la realidad. La realidad es que uno está sin dormir, viajando de un lado al otro sin parar. No me quejo, lo elegí. Con respecto al embarazo, por ahora no tomé ninguna decisión. Quiero compartir este momento, pero también sé que todo tiene su límite. La persona que viene no decidió ser pública.

¿Te arrepentís de haber mostrado tu casamiento en Caras?

No, le hizo muy bien a mi carrera. Fue todo muy cuidado. Es raro, porque es algo muy personal y mucha gente que ni conozco tiene las fotos guardadas en su casa. Pero cuando uno es una figura popular es preferible hablar con la revista y decir lo que preferís antes de que se te metan y saquen lo que ellos quieren.

Comparabas la relación con el público con un matrimonio. ¿Cuándo hubo mayor distancia?

En el '99 o 2000, después de los tres primeros años, se estabilizó mi carrera, pasó el fanatismo generalizado y vino una distancia. Pero yo empecé muy chica, a los 15, y era normal que viniera una etapa de transición. Mi tercer disco no vendió lo que se esperaba, después de que los dos primeros vendieran casi un millón de copias cada uno. Y uno se acostumbra a estar arriba. Si venís a Cosquín, querés que esté siempre lleno: ves una filita vacía y ya no es lo mismo. Pero esto es así, no siempre está todo bien y no sabés por qué.

Durante el show dijiste que Cosquín te pone especialmente nerviosa. ¿Por qué?

Me pone nerviosa, miedosa, todo. La prensa que no va a otros festivales viene acá y se queda con esa impresión. Hace tres años que me voy conforme, pero antes me iba como si se hubiera muerto alguien: me llevaba tres días recuperarme. Sentía que no estaba a la altura de las circunstancias. Pero en un festival folclórico, donde viene un artista tras otro, es común que haya una guitarra desafinada o falle el sonido. Todos sufrimos particularmente este festival y, en menor medida, Jesús María también. Hay una realidad: me va bien en Cosquín y hay más trabajo. Revivo en todos los Cosquines. Pero es un peso: significa empezar el año bien o mal. Yo me hago demasiado problema: no pienso que hace 14 años que vivo de esto y que nunca me ha ido mal.

¿Te quedó el miedo a ser una niña artista famosa y olvidada al crecer, estilo Lorena Paola?

Pude superar ese momento. Cuando empecé no era profesional: un buen día explotó todo y había que estar a la altura de las circunstancias. Fue todo un reto estudiar canto, que la banda empezara a sonar con claridad. Pensá que hay tres músicos que tocan conmigo desde hace 15 años, y al principio uno era policía, otro metalúrgico, y de repente te encontrás en un festival como Cosquín. Nos agarró de sorpresa. Ahora estoy más tranquila, segura de lo que voy a hacer arriba de un escenario. Lo que quiero es hacer algo a nivel internacional.

Una revancha del disco con Emilio Estefan, que no funcionó.

Revancha no, pero me siento cómoda con otros géneros, como el tango o el bolero, y estoy firme artísticamente: puedo hacer un disco con tinte internacional. Lo que hizo Mercedes. No me voy a comparar con ella, no tengo su prestigio, pero sí esa posibilidad. De todos modos, sé que funciono más en vivo que en los discos. A lo mejor necesito elegir un productor que sepa captar mi esencia y sacar lo mejor de mí.

¿Quedó saldada tu relación con Mercedes Sosa?

Sí, totalmente. Nunca hubo un problema, de verdad. Al principio no nos juntábamos porque ambas teníamos miedo de la reacción de nuestros públicos. Pero después cantamos juntas, me invitó a su casa muchas veces ... El broche de oro fue haber estado en Cantora 1: fui de las primeras en ser convocadas. Ese gesto de ella me va a marcar para toda la vida: estar en ese disco me significó estar en un lugar donde no había estado antes.

¿Creés que en algún momento serás indiscutida, como terminó siendo ella?

Hay gente a la que nunca le voy a gustar. Pero creo que sí, si trabajo y perservero. Tengo que seguir mi camino pase lo que pase. Ya es hora de que deje de importarme tanto la convocatoria. Si te mantenés muchos años, terminás siendo indiscutida. Lástima que eso siempre aparece después de tu muerte: ahí todo el mundo se pone de acuerdo. «

Acaba de publicarse la historia del Festival. Riguroso, ágil, completo, fue escrito por los periodistas Santiago Giordano y Alejandro Mareco.

Clarin.com

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