Dos días a toda música


El sábado, cuando sólo habían pasado diez minutos de las 19, hora prevista para el comienzo, la presencia en el escenario mayor de Rubén Costa y Juan Giacobino revelando aspectos del Himno oficial, anticipó la apertura de la edición 2010 del Encuentro de la Fe y la Historia.
Aludieron entonces sus voces a "La Huella de Fe y de Historia" con música de Obdulio Giacobino y letra de María Celeste Lores, compuesta especialmente en 1989 por encargo de los miembros que organizaron la segunda emisión del Encuentro de la Fe y la Historia. Desde esa fecha se interpreta como Himno de apertura para acompañar la entronización de la imagen de Nuestra Señora de Luján en el escenario, siempre escoltada por diversos grupos de danzas de la localidad. "El poema –se agregó- valora el espacio donde conviven la edificación colonial del primer Cabildo de la provincia de Buenos Aires y el Santuario Mariano más importante de Sudamérica realzando la trascendencia que caracteriza a Luján en el ámbito de la religiosidad y la tradición. El toque de campanas original de la Basílica acuerda identidad y el tiempo musical respeta la región surera a la que Luján pertenece, recreando sonidos del atardecer en la pampa que aún perduran en el patio interior del Santuario y donde el agua de sus fuentes calma el espíritu de los devotos".
"En el Bicentenario de la Patria y en la conmemoración de 380 años del misterio de 1630 a orillas del río Luján, damos comienzo a la edición 2010 del Encuentro de la Fe y la Historia", proclamaron ambos conductores.
Llegó así el momento del ingreso de la Imagen de la Virgen transportada por miembros de agrupaciones gauchescas lujanenses que despertó la primera ovación de la noche, seguido por la bendición del padre José Blanchout. Luego la danza hizo su irrupción conformando un espectáculo que asimiló elegancia, movimiento, tradición y color de la mano del Ballet del Festival.
Tras esa ceremonia, la música y el baile se impusieron de la mano de diversas figuras y agrupaciones, alternándose o acordando otra nota de movimiento al canto.
A esa hora sólo un pequeño porcentaje de las sillas habilitadas frente al escenario se veían ocupadas, mientras desde distintos puntos comenzaban a convocarse personas y grupos familiares, que luego de colmar la capacidad de sillas dispuesta, se animaron a seguir las alternativas de pie.
Con pocos minutos de retraso, cada uno de los artistas participantes comenzó a subir al escenario para cumplir su rutina, acaparando en todos los casos la atención del público que con un sostenido aplauso aprobó su actuación.

Horacio y Soledad
Luego de las actuaciones de artistas locales que el público disfrutó hasta la medianoche, llegó el momento de los más esperados. Como para homenajear la subida a escena del ícono del folklore, María Celeste Lores interpretó sólo una canción en la que repasó el talento y valor de don Horacio. Los aplausos reconocieron la pieza y dieron lugar al cantor. Con el humor, sencillez y popularidad que lo caracteriza, Horacio "Pueblo" conversó con el público entre pieza y pieza.
En sus palabras hizo referencia a la operación que sufriera Luciano Pereyra días atrás, producto de una complicación en una anterior intervención. Y en broma, argumentó que "eso le pasa por no tomar vino". Además, con eufórico entusiasmo rescató la posibilidad de que esta propuesta festivalera perdure en el tiempo con el apoyo de todos los lujanenses, haciendo hincapié en el fomento federal de la cultura, con el objetivo de descentralizar muchas cuestiones desde la capital.
Pasada la medianoche la deteriorada voz de Guarany colmó la plaza e hizo eco en las recovas que el pueblo cubría. Durante una hora pudieron escucharse clásicos de su repertorio, incluyendo "Romance de Plumas Verdes" que retrata el lugar de nuestra ciudad que eligió para pasar el resto de sus días. Se despidió con la infaltable "Si se calla el cantor" con la que recibió la ovación de los presentes.
Antes de retirarse del escenario, el artista recibió de manos del intendente interino Hernán Mosca, una placa en reconocimiento a su trayectoria.
Luego llegó el turno de la dama del folklore. En medio de los aplausos, Soledad inició su presentación con dos temas antes de hablar con el público; y como era natural, se refirió al sueño que le dan sus 6 meses de embarazo, pidiendo la colaboración del público para despertarla. Seguidores incondicionales de la artista llevaron globos con forma de chupete como una simpática forma de acompañar a la cantante, y no faltó el comentario de alguna mujer de experiencia que dijera "aunque no le vea la panza, se le nota en la cara el embarazo. Está cada vez más linda". Como es habitual, incluso con su prominente panza, la alegría y ritmo festivalero coparon el escenario para ofrecer un cuidado y enérgico espectáculo.

Fuente: elcivismo

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