“A veces siento que paso más tiempo con el público que con mi familia”


Fue un año muy especial: cumplió 30 años, 15 de carrera musical y nació su primera hija, Antonia. Tres buenos motivos para festejar que, además, fueron el motor de su nueva producción discográfica “Vivo en Arequito”. Hablamos de “la Sole”, la misma que cada tanto agita el poncho y le regala al público su repertorio, cargado de composiciones enraizadas en nuestra música popular.

Soledad mantuvo un diálogo telefónico con El Tribuno en el que se refirió a este especial momento de su vida, el nuevo disco, sus inicios, su relación con el público y su -no tan nuevo- cambio de look.

Su último álbum fue grabado en vivo el 10 de octubre de 2010, en Arequito. Octubre es el mes del cumpleaños de la Sole y, desde 1997, sus seguidores se reúnen en forma espontánea en su tierra natal para saludarla. Por eso la Sole comenzó a brindar año a año un show en vivo para sus fans. El recital tuvo lugar en esta oportunidad en la estación de ferrocarril de Arequito, para un público de más de quince mil personas. El disco reúne una selección de 15 canciones que Soledad siempre quiso cantar, temas populares como “Esta vida” (primer single de difusión), “Mi credo” y “Tu cárcel”, clásicos del folclore como “Lucerito del alba” y “Chacarera para mi vuelta”, y algunos de sus clásicos como “Brindis” y “Tren del cielo”. El disco incluye, además, un bonus track del Himno Nacional Argentino en versión folclórica.

Renovada, Soledad continúa brindando su música y su simpatía en cuanto escenario la recibe. Pero todo en ella late distinto, porque el “ciclón de Arequito” ya tiene varias buenas razones para vivir intensamente, sin pausa, pero sin prisa.

Este nuevo disco viene a ser la coronación de un momento muy importante de tu vida. Cumpliste 30 años, 15 de carrera y además nació tu primera hija...

Así es. De todas maneras el momento más importante se lo lleva mi hija. No voy a volver a ser la misma que era antes de que ella naciera y todo lo que pienso y lo que hago pasa por Antonia, porque realmente ha sido un milagro, una maravilla, una bendición tenerla con nosotros. Ha cambiado mi vida por completo. Antes, lo que más me preocupaba era mi carrera y, si bien mi hija vino con muchos panes bajo el brazo, porque estoy trabajando mucho, ahora pienso en ella más que en nada ni en nadie...

A veces, en momentos especiales como éste, se nos da por hacer balances. ¿Cuáles sentís que fueron los momentos más sobresalientes de tu carrera?

Es difícil hacer un balance porque en 15 años me han pasado muchas cosas buenas y te diría que muy pocas malas. Si bien soy consciente de que la carrera de un artista tiene sus idas y venidas, nunca estuve tan abajo como para deprimirme o pensar que ya no tenía que hacer esto. A veces me canso y no encuentro la salida artística y yo misma me planteo por qué no me dediqué a otra cosa pero, en general, lo que siento y lo que digo tiene que ver con que siempre he hecho lo que me dictó el corazón, y eso siempre fue muy bien recibido por la gente. Si tuviera que elegir, no dudo que mi primer subida al escenario de Cosquín ha sido el gran momento. No sé si estoy donde estoy gracias a eso solamente, pero creo que esa maravillosa vidriera me dio la oportunidad de que me conociera mucha gente y de poder estar hoy cantando en todos los escenarios de mi país.

Tu relación con el público es realmente muy intensa...

¡Yo agradezco tanto eso! A veces siento que paso más tiempo con el público que con mi propia familia. Eso me da un poquito de culpa, pero no puedo negar todo lo que ha sembrado la gente en mí... La fuerza y la seguridad que me dan. Artísticamente, cuando subí al escenario de Cosquín por primera vez, tenía aún mucho por crecer y por mejorar. Fue un comienzo muy lindo, muy fuerte y con mucha explosión, pero no estaba todavía bien formada, tenía todo un trabajo por delante y la gente me dijo que sí, a pesar de eso. Me dijo que sí en la adolescencia musical, me dijo que sí incluso en mis errores. Por eso, al público le debo muchas cosas, porque nunca me abandona. Después, obviamente, los colegas o quienes deben criticar un disco o hablar de mi trabajo artístico tendrán otra visión, pero el público, desde el vamos, creyó en mí y yo trato de no defraudarlo.

Recién hiciste referencia a cuando eras más chica, a tus inicios... ¿Cómo manejabas todo lo que te pasaba, el éxito y el temprano reconocimiento de la gente?

Creo que fui muy inconsciente. La inconsciencia me ayudó, no a manejarlo -porque no sé si realmente hice eso-pero sí a soportar un cambio de vida tan grande. Si bien todo lo que me ocurrió fue maravilloso, no puedo negar que me dolió mucho el desarraigo de mi pueblo, el tener que irme constantemente y viajar tanto. Pero, en el fondo, creo que había una razón de mucho peso: el amor a la música y lo que disfruto cantando. Además de la inconsciencia está el apoyo de mis papás, mi abuela y mis amigos, que son los mismos desde que iba a la guardería y con los que tengo una amistad casi tan larga como mi vida.

Da la sensación de que sos una persona muy alegre. Esa es una cualidad que también se refleja un poco en tu música, ¿no?

Me parece que la vida no ha sido tan dura conmigo. Esa es quizás una de las respuestas del porqué soy alegre, pero también pienso que la gente que se vive quejando termina alejando a sus seres queridos, los ahuyenta. Uno tiene que ser muy cuidadoso y muy respetuoso también con Dios, que toma decisiones por nosotros y nos manda diferentes pruebas. Eso va haciendo que uno actúe de una manera u otra, pero lo más importante es que no dejemos de creer en él, ni de pensar que lo que nos tocó, nos tocó porque estábamos preparados para vivirlo.

¿Cuándo te vas a reencontrar con el público salteño?

Por el momento, no hay fechas. Me encantaría, pero no sé. Hace mucho que no voy por allá. Lo que pasa es que ustedes tienen muchos artistas y muy buenos, no necesitan que vayan de otros lados (risas). Sé que en esa provincia me quieren mucho, además tengo un fans club que me sigue a todos lados y viaja muchísimo. Yo también los quiero mucho y tengo el deseo siempre latente de volver.

Salta es una provincia maravillosa, muy linda para recorrerla y disfrutarla.

Fuente: ElTribuno

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