"Yo no quiero tener techo", dijo Soledad Pastorutti
La cantante de Arequito habla de la emoción de cantar para el Papa en la 28ª Jornada Mundial de la Juventud, en Brasil, y de su proyecto y gira con Niña Pastori y Lila Downs.
Soledad siente que alguien le hizo un guiño celestial. La cantante de Arequito llegó a cantar ante el mismísimo Papa Francisco en la 28ª Jornada Mundial de la Juventud en la playa de Copacabana, en Río, y todavía le dura la emoción. Como si fuera poco, a La Sole le llegó el momento de ampliar su horizonte estético. A fin de año grabará un disco junto a la intérprete española Niña Pastori y la cantante mexicana Lila Downs. El proyecto, que posiblemente se llamará “Raíz” y hace años que estaba en carpeta, incluirá giras por Latinoamérica y España. “Yo no quiero tener techo”, dijo la folclorista, a horas de subir a un vuelo para cantar en Canadá.
—¿Todavía te dura la emoción por lo que viviste con el Papa?
—Sí, en realidad creo que todavía ni siquiera caí de todo lo que viví. Fue todo tan intenso, todo tan rápido que por ahí una no disfruta en el momento y después lo disfruta cuando empieza a rebobinar, como decimos en mi familia.
—¿Cómo llegaste a cantar ante Su Santidad?
—En realidad, te digo la verdad, yo llego a cantar frente al Papa gracias a un amigo que tiene mucha conexión con la Iglesia, que ama el folclore, y es de Luján. Entonces él, junto a un cura que se llama Mario Micelli que nucleó a los jóvenes y a la juventud en la Catedral, dijeron:”Sería lindo que La Sole pueda cantarle a Francisco, ¿por qué no le proponemos a la Iglesia Argentina que sea como un regalo para el Papa?”.
—¿Y desde ahí comenzó todo?
—Sí, así fue cómo empezaron a nuclear a los arzobispos, les empezaron a mandar cartas de recomendación, y la Iglesia Argentina dijo que sí y así fue como yo llego a cantarle al Papa. Después coincide que el disco se saca como un homenaje a este evento y que lo hace mi compañía discográfica, que se entera que yo voy a ir y me invitan a cantar en el disco junto con Martín Valverde y Axel. Y en vez de cantar en la vigilia, o la misa para todos los argentinos, que tenía previsto, después termino cantando en el evento más importante, que es la última misa. Para mí fue emocionante.
—¿Sos practicante de la fe cristiana?
—Soy creyente, y hace años que me hubiese gustado participar de un evento así, incluso cuando estaba Juan Pablo II, que era un Papa muy carismático también. No se me dio en otras oportunidades y por suerte se me dio ahora, en una situación muy especial, porque más allá de que el Papa es de todos, para nosotros los argentinos, que haya nacido acá este señor es un orgullo muy grande. Mirá, nosotros vamos a tocar fuera del país, y la gente conocía a la Argentina por Maradona y Messi, y pará de contar. Ahora tenemos a Máxima (Zorreguieta, reina consorte de Holanda) y al Papa, que es un tipo supercoherente, al menos lo que está demostrando ahora, y es un orgullo, porque los argentinos tendemos a tirarnos demasiado arriba o demasiado abajo. Y me parece que un referente como Francisco nos genera incluso la intención de generar un cambio de conducta en nuestra forma de vida.
—¿Tenés idea ante qué multitud cantaste en la playa de Copacabana?
—Yo no sé calcular, los medios dicen que había 3 millones de personas, y sumales otro tanto por la televisión e internet. Pero yo canté de espaldas al público, porque así estaba dispuesto el escenario, y a mí no me causó tanto miedo la multitud. Y no es porque esté acostumbrada a cantar ante tanta cantidad de gente, sino que lo que más emoción y nervios me daba era el hecho de participar en las misas, donde todo es muy protocolar, todo tiene su tiempo, se bendice la hostia y el vino, después se canta el Padre Nuestro. Yo tenía miedo de meter la pata ahí, de no saber cómo vestirme, de no saber cómo moverme, ¿viste? Yo soy muy espontánea, una cosa es que me des un escenario y subo y canto mis canciones, y ahí una hace lo que sabe o lo que le parece, pero acá yo era una más y tenía que cumplir con un protocolo.
—Ahí no podías revolear el poncho, Sole...
—(Risas) No, para nada. Era muy difícil que hagamos la gran fan y nos metamos con Axel en el escenario a saludarlo. Pero el día anterior a cantar fuimos atrás del escenario y pudimos estar con él, tuve la suerte y la bendición de verlo y charlar dos palabra con Francisco, le regalé mi poncho, le dio la bendición a mi hija y la verdad es que fue emocionante.
—¿Te dijo algo en especial?
—Mirá, yo me quedé medio sin palabras, había pensado tantas cosas para decirle, entre ellas agradecerle lo que estaba haciendo y decirle que cuente conmigo para lo que quiera. Pero lo primero que atiné fue decirle que era de Argentina, que mi hija se llamaba Regina como se llamaba su mamá, y que le quería regalar mi poncho. “¿Uy, el poncho es para mí?” me dijo, pero no porque era yo, creo que el tipo ni me conoció, pero me parece que es muy agradecido, y que no puede creer todo lo que genera en este momento en la gente, uno por ser la autoridad máxima de la Iglesia, que es una gran responsabilidad y la está cumpliendo muy bien; pero otra cosa es la empatía que generó con la gente, esa no la puede creer.
—Tu último disco de estudio se llama “Folklore” (2008), ¿es un guiño a ratificar el género que te lanzó a ser quien sos?
—Sí, yo siempre digo que nunca voy a dejar de hacerlo. Amo el folclore y vivo y trabajo en los festivales de folclore en el 80 por ciento de oportunidades. Después tengo esta suerte o posibilidad de participar en programas de televisión, como fue en “La voz argentina”, y eso lo disfruto mucho también. Pero ahora, el próximo disco será un trabajo compartido, que se grabará en México. Somos tres artistas: Niña Pastori, de España; Lila Downs, de México, y yo, de Argentina. Entre las tres armamos un espectáculo también, porque habrá gira, y la idea es ponerle “Raíz” al disco y a la gira, supuestamente, por ahí cambia, pero se llamaría así.
—¿Cómo sería esta propuesta?
—La idea es tomar un extracto del repertorio de cada una, va a haber algunos clásicos y también algunos temas inéditos. Yo por ejemplo canto temas de Niña y de Lila, Lila va a cantar temas míos y de la Niña y va a ser así. Estamos tratando de agarrar una canción de cada una y llevarla para nuestro terreno. Yo por ejemplo hice unos demos y había un tema de la Niña y la hice en ritmo de rasguido doble para que se aproxime más a nuestro folclore. La verdad es que me entusiasmó mucho este proyecto, lo venimos gestando desde hace muchos años, pero hoy te puedo decir que ya es una realidad, porque ya grabamos los demos y estoy viajando en veinte días para grabar. Queremos presentarlo en ciudades de Latinoamérica y España.
—Después de esto ahora van a decir que de la Argentina son conocidos Maradona, Messi, Máxima, el Papa Francisco y Soledad, ya que te podés lanzar a un mercado internacional...
—(Risas) No, no, yo internacionalmente hago cosas, vengo de hacer cuatro conciertos en Bolivia, ahora me voy a Canadá, para hacer dos shows más, y después Brasil, pero son cosas esporádicas, nunca armé una gira de cuatro meses de gira al exterior, van saliendo las fechas y ahí decidimos. Ojalá que se me abra esta oportunidad, creo que las tres buscamos eso con este disco. Pero más allá de esto, a nivel experimental y artístico, está bueno. Todas las semanas tenemos teleconferencias y cada una da su opinión de lo que escuchamos, es divertido y muy lindo.
—Aparte, les permite un intercambio importante en lo musical y expresivo para investigar en géneros no explorados...
—Y sí, y también ver si estoy a la altura de las circunstancias, porque una siempre sueña con más en su carrera. Yo no quiero tener techo, pero a veces el techo te lo ponen tus propias limitaciones y algunas circunstancias externas, si querés. Pero esto es un lindo desafío para mí, esto me va a servir para entender en qué lugar estoy parada, cuánto más tengo que aprender y cuánto llevo aprendido.
—De todos modos desde aquel Cosquín inicial hasta ahora creciste mucho en la interpretación.
—Te agradezco las palabras, lo que pasa es que no tengo escuela, lo que hice fue de caradura, y los años que estuve arriba de los escenarios me enseñan mucho pero yo no tengo un título de clases de canto, de profesoras de canto o de interpretación, he hecho cositas, hice teatro, piqué por un montón de lugares, pero lo que más me enseñó entender mi carrera fue, primero, empezar a elegir canciones en las que yo pueda transmitir, porque cuando sos chica el repertorio es otro; y después entender que si la canción te llega le va a llegar al resto, pero si no será más difícil.
—Después de que integraste una camada que le dio nuevos aires al folclore, ¿creés que hay recambio en el género?
—Creo que cada vez se hace más difícil, pero no sólo en el folclore, sino en cualquier género. Está muy diversificado el tema de la comunicación, antes era un poco más fácil, las compañías discográficas tenían otro poder y gran parte de ese éxito que teníamos también estaba como alimentado, ¿no? Pero lo bueno del folclore es que en la mayor parte del interior del país es una música que la gente la tiene incorporada a su vida diaria, lo siente, llámese Chaqueño o los Chalcha, y entonces siempre va a existir el folclore. Ahora, en esta cosa de la venta de tickets, de discos, la parte mas comercial, estamos en un momento de plancha. Pero no quiere decir que no haya artistas, hay un montón de artistas y muy buenos, pero quizá no hay uno que haya explotado de esa manera, porque a lo mejor no es el momento
Fuente : LaCapital.com.ar