Jesús María 2013: Soledad, embarazada y coqueta, entregó todo ante otra multitud

 la octava noche de la 48ª edición del Festival de Jesús María venía precedida por la jornada más taquillera hasta ahora –la del jueves de Abel Pintos y León Gieco– y con la certeza de que el tramo final del campeonato de jineteadas y el añadido de la presencia de Soledad Pastorutti eran una carnada tentadora para que la gente vuelva a llenar el Anfiteatro José Hernández. Y esa presunción se cumplió.

Hasta ahora, nunca se dio que los tres jinetes defensores del título en Jesús María ganen dos años seguidos, pero como van las cosas este año, podría ser la primera vez. En los antecedentes, lo máximo que se dio es el caso de dos jinetes de diferente categoría que ganaron dos años seguidos defendiendo el título, por ejemplo, en 1980/1981 con Osmar González (Bastos) y Roberto Baca (Gurupa); en 1984/1985 con Jorge Aristegui (Crina) y Miguel Fantagossi (Gurupa); en 1988/1989 con Miguel Ángel Ordinas (Gurupa) y Jorge Eizmendi (Bastos); y por última vez en 2002/2003 con Roberto Villaverde (Crina) y Héctor Toranzo (Bastos).



Lo que sí estaba casi asegurado era el bicampeonato para Ricardo Pucheta que aventajaba por 20 puntos a su inmediato seguidor y casi que le bastaría con mantenerse los ocho segundos reglamentarios en Crina limpia para abrazar un nuevo título. En suerte, le había tocado el reservado El Bienvenido de Dupraz y cerca de la medianoche se verían las caras, mientras en las tribunas Ricardo Pucheta padre, campeón en Gurupa en 1975, aplaudiría la faena de su sucesor.

Una dosis de chamamé
En el escenario Martín Fierro, el primer sacudón lo darían Los Alonsitos un ratito antes de que comience la trasmisión televisiva y con el anfiteatro repleto de público en otra noche de gran convocatoria y mucho calor.

Arrancaron con Si ya no estás y tuvieron que resignar varios de los temas que habían programado originalmente para ofrecer una media hora a puro chamamé y sapucay de la festiva tribuna. Astilla del interior, Mi luna azul, Soy chaqueño, Vienes y vas, y un popurrí con los más conocidos chamamés litoraleños redondearon la presentación que ganó un generoso aplauso.

Para Soledad, el “Huracán” de Arequito, hubo que esperar hasta la 1.30 y en el mientras tanto pasaron Mariana Cayón, Mario Álvarez Quiroga, La Callejera, Pastor Luna y Sonia Vega.

Sigue el romance
El Festival le debe a Soledad Pastorutti la máxima taquilla de su historia: 33 mil entradas cortadas en boleterías durante enero de 1998 y un récord que nunca pudo ser superado. Y la Sole sabe que explotó a partir de ese año y que Jesús María tuvo algo que ver con esa ascendente carrera.

Por eso, la artista de Arequito siempre se muestra agradecida en el escenario con la convocatoria que le hace la organización del festival desde hace muchos años. Y en esta edición le estaba regalando una de las noches de mayor convocatoria porque los espectadores desbordaron el anfiteatro y se abalanzaron al campo de la doma ni bien se habilitó el acceso.

Soledad ingresó al escenario a la 1.20 vestida con un mono azul Francia que dejaba bien notoria su pancita de embarazada, un saquito natural arremangado combinando color con sus zapatos de taco alto, y ceñida la cintura con una faja con piedras brillantes en rojo. María Luisa, con 50 años en el mundo de la moda y propietaria de Casa Marilú en Teodelina (Santa Fe) calificó con un diez su vestimenta, mientas hacía palmas en la platea.

Pero la cantante que se hizo famosa por revolear el poncho y correr y saltar y subir el tono de la voz hasta el máximo, anoche se portó como una mamá que espera familia y cuya madurez le pide serenidad, no exenta de entrega. Porque se despachó con una hora y media de canciones en la que no faltó ningún clásico de ninguna época. Y el público valoró el esfuerzo de la artista que no se amparó en su embarazo para nada.

Así, fueron pasando Chacarera para mi vuelta, Santa Fe de mi querer, De Simoca, Dejame que me vaya, Entre a mi pago sin golpear, Chacarera de un triste, A Don Ata, Tren del cielo, El bahiano, y Cariñito, entre otras. Y dejó el escenario avisando que, por un tiempo, se dedicará a ser mamá.

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