Soledad Pastorutti: "No sé si soy la mejor, pero le pongo mucha garra"

 El espectáculo que dio en la madrugada de ayer Soledad Pastorutti en el Festival de Cosquín nada tuvo de habitual. Festejó las dos décadas que pasaron desde que pisó por primera vez el escenario Atahualpa Yupanqui, de la plaza Próspero Molina. Hace unos meses comenzó a llamar a músicos amigos y logró que esa especie de cumpleaños se convirtiera en uno de los hitos del folklore masivo de los últimos tiempos. Cantó temas de Yupanqui, homenajeó a Mercedes Sosa, recibió saludos en video de Horacio Guarany, cantó en vivo con grupos y solistas veteranos (Los Manseros Santiagueños, Los 4 de Córdoba, Orlando Veracruz y Mario Bofill), los de edad intermedia (Chaqueño Palavecino, Cuti y Roberto Carabajal, Julián Ratti, Marité Berbel, Facundo Saravia y Yamila Cafrune), baluartes del llamado folklore joven de los noventa como Los Nocheros y Jorge Rojas, y los que de esa misma camada tienen la misma edad que Soledad (algunos un poco más, otros un poco menos): su hermana, Natalia, Raly Barrionuevo, Los Tekis, Los Alonsitos, Luciano Pereyra y Abel Pintos, entre otros). La lista sigue: fueron casi una docena y media los que desfilaron durante dos horas por un espectáculo en el que todo sonó bien ajustado y ensayado. Verdaderamente, un hito para este festival que hace tiempo no atesora esa clase de momentos en su historia de 56 años.
Diez minutos después del concierto, Soledad estaba en su camarín, con sus 35 octubres y la misma vitalidad de los 15, conversando animadamente.
-¿Qué encontraste al mirar hacia atrás por este aniversario?
-Mi casa no es la de alguien que canta. No hay premios. Nada. Quizá porque estoy en constante movimiento y no me tomo ese tiempo de observar. Pero sí vi que soy una persona que se esfuerza mucho. No sé si soy la mejor, pero le pongo mucha garra. Le pongo el cuerpo a las cosas. Esta noche vi el premio materializado. Fue muy fuerte. En cuanto a lo que vi al mirar atrás, soy muy exigente conmigo. Pero a esto lo pienso como una foto a la que podés mirar de dos maneras: técnicamente, si la luz está bien, por ejemplo, o podés ver el espíritu general. Y al verme así, me caigo simpática en la imagen de aquellos años. Me enternezco con mi misma. Con lo caradura que era, con cómo me explayaba hablando. Trato de ver el todo, no sólo los detalles.
-Con tanto éxito desde el comienzo, ¿en algún momento tuviste miedo de crecer, de dejar de ser la que revoleaba el poncho?
-Los miedos están siempre. Antes creía que lo que me pasaba era un golpe de suerte. Hoy es una elección mía. Decidí ser cantante, ser artista, mejorar y crecer. Obviamente pensé en la situación de que alguna vez iba a dejar de ser una nena. Aunque no lo viera tan claramente como ahora. Me dejé llevar por la intuición. Voy probando, cambio cosas, aunque eso arriba del escenario pueda generar desprolijidades. Del vivo me gusta eso. Para un artista popular eso de no saber por qué camino va manejando es interesante.
-Pero hubo decisiones que habrán sido pensadas. Sacar un pie del folklore, hacer televisión.
-Hacer televisión sí fue una decisión mía. Sacar un pie del folklore también, pero no sé si tan consciente porque era mucho más chica. Mi primer disco lo publicó Sony, pero el disco ya estaba grabado. Había gente que, incluso del folklore, le decía a mi viejo: "No la hagas cantar folklore". Fui antimarketing todo el tiempo, aunque se dijera lo contrario. Para mí no hubo nada pensado en mi carrera
-¿Qué les contás a tus hijas sobre quién sos? ¿Venís a probar sonido una tarde a Cosquín y le decís: "en aquella peña o en aquel escenario empezó a cantar mamá"?
-Les cuento si me preguntan. Siempre preguntan adónde vamos o con quién se van a quedar si no vienen conmigo. El espíritu del folklore tiene esta posibilidad. Mi papá no era folklorista, pero me llevaba a las peñas y creo que por eso canto folklore. Me gustaría que amen esta música que hago. Que la vivan. No les cuento tantas cosas. Saben que éste es mi trabajo. Cuando cuestionan les explico que para que puedan tener tal juguete mamá tiene que ir a cantar. Por eso le pagan y con eso puede comprar el juguete. Es para que entiendan que esto es un trabajo. Yo viví de otra manera. Ellas viven una realidad diferente. Yo no sabía lo que era subir a un avión hasta que empecé a viajar por mi profesión. Lo que quiero que entiendan es que si detrás de un trabajo hay un sacrificio después uno disfruta más de las cosas que tiene.
-En mayo pasado sufriste un accidente en la ruta, junto a tu familia y a tus músicos. ¿Eso cambió algo? ¿Se valora o se disfruta de otra manera?
-Lo que pasó con ese episodio es que el primero que habló con los medios fue mi papá, que no estaba ahí. Repitió lo que mi mamá le había dicho para tranquilizarlo. Pero por ese accidente uno de nuestros compañeros, El Tucu, todavía está recuperándose. Una larga recuperación después de 20 días en coma. Más allá de eso, yo que soy positiva siempre, pienso que en veinte años en los que nos la pasamos viajando, esa fue la primera vez que sucede una cosa así. Por la cantidad de gente que íbamos ahí, la banda, mis hijas, mi marido y mi hermana, la sacamos barata. Pero me dejó una herida que no va a cerrar. Lo que más me duele [los ojos se le llenan de lágrimas]... Yo lo sigo esperando al Tucu. Después de la muerte de mi abuelo, siento que ésta es mi primera gran herida. Es bastante generosa la vida conmigo.
-¿Sentís que alguna vez te equivocaste y te costó volver de esa metida de pata?
-No. Si hubiera sido así hoy no estaría acá. Obviamente que hay cosas que cambiaría. En esa etapa de adolescente corríamos con las canciones, y se nota. La verdad que lo que sentí durante un tiempo es que no disfrutaba de lo que hacía. No lo hacía con la consciencia de saber hacia dónde iba. Si la pudiera revertir lo haría, pero también es cierto que fue necesaria. De otro modo no hubiera pasado a la siguiente etapa.
-¿Te gusta escucharte en los discos?
-No en los primeros. Pero, sí, disfruto de eso también. Me gusta. No te voy a mentir. También me critico y analizo mucho.
-¿Con este show que recién terminó vas a hacer un disco?
-No se sabe. Además, a los invitados los llamé para venir a cantar, no para grabar un CD o un DVD. Lo que estamos haciendo es grabar mucho últimamente. La compañía hace tiempo me viene diciendo que tengo que registrar todo lo que vivo.
Fuente: LaNacion

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